La difracción es un fenómeno que afecta a la propagación del
sonido. Hablamos de difracción cuando el sonido en lugar de seguir en la
dirección normal, se dispersa en una continua dirección.
La explicación la encontramos en el Principio de Huygens que
establece que cualquier punto de un frente de ondas es susceptible de
convertirse en un nuevo foco emisor de ondas idénticas a la que lo originó. De
acuerdo con este principio, cuando la onda incide sobre una abertura o un
obstáculo que impide su propagación, todos los puntos de su plano se convierten
en fuentes secundarias de ondas, emitiendo nuevas ondas, denominadas ondas
difractadas.

La difracción se puede producir por dos motivos diferentes:
porque una onda sonora encuentra a su paso un pequeño
obstáculo y lo rodea. Las bajas frecuencias son más capaces de rodear los
obstáculos que las altas. Esto es posible porque las longitudes de onda en el
espectro audible están entre 1,7cm y 17m, por lo que son lo suficientemente
grandes para superar la mayor parte de los obstáculos que encuentran.
porque una onda sonora topa con un pequeño agujero y lo
atraviesa.
La cantidad de difracción estará dada en función del tamaño de
la propia abertura y de la longitud de onda.
Si una abertura es grande en comparación con la longitud de
onda, el efecto de la difracción es pequeño. La onda se propaga en líneas
rectas o rayos, como la luz.
Cuando el tamaño de la abertura es menor en comparación con la
longitud de onda, los efectos de la difracción son grandes y el sonido se comporta
como si fuese una luz que procede de una fuente puntual localizada en la
abertura.

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